El protocolo familiar como garantía del relevo generacional en la empresa

Por Alejandro Navarro

Mar 6, 2019

En España tenemos 1,1 millones de empresas familiares, lo que representa el 89% del tejido empresarial de nuestro país. Crean el 67% del empleo privado (6,58 millones de puestos de trabajo) y son responsables del 57% del PIB del sector privado. En Comunidades Autónomas como Galicia son auténticos soportes de la economía, llegando a aglutinar el 85% del PIB Y el 86,3% del empleo.

Sin embargo, prácticamente ninguna (7%) alcanza la tercera generación y sólo el 30% la segunda.

A la vista de estos datos, es evidente que la empresa familiar española tiene un grave problema: EL RELEVO GENERACIONAL.

No hay duda de que la sostenibilidad a largo plazo de este tipo de empresa, como en todas, depende en gran medida del equilibrio financiero y la correcta gestión empresarial, pero en el caso de la empresa familiar, la correcta planificación del cambio de generación y de las relaciones familia-empresa es un factor determinante, a diferencia del resto de compañías, donde esta cuestión no es tan crítica.

El instrumento indispensable para garantizar la perdurabilidad de estas compañías es EL PROTOCOLO FAMILIAR O PACTO DE FAMILIA.

Estos acuerdos marco de naturaleza jurídica son esenciales porque determinan cómo se van a regular en la empresa los aspectos fundamentales de las relaciones familia-empresa-propiedad, tanto en el presente como en el futuro.

Las cuestiones que habitualmente se regulan en un protocolo familiar son las siguientes:

 

Aspectos relativos a la familia titular de la compañía:
  • Titularidad de las participaciones. Requisitos formativos y aptitudes mínimas, experiencia laboral y en gestión que deberán tener los socios familiares venideros.
  • Empleabilidad de familiares en la compañía. Requisitos y exclusiones.
  • Retribución de los familiares. Criterios armonizadores.
  • Salidas de la empresa familiar.
  • Jubilaciones preestablecidas garantizando la renovación generacional.
  • Etc.
Aspectos relativos a la titularidad de las participaciones:
  • Régimen económico matrimonial de los socios titulares. Garantías
  • Gestión de la transmisión de participaciones intervivos. Limitaciones
  • Valoración de las participaciones en caso de salida
  • Protocolos para situaciones de fallecimiento de socios.
  • Protección ante embargo de participaciones. Derechos sobre participaciones
  • Etc.
Aspectos relacionados con el gobierno de la sociedad:
  • Régimen económico matrimonial de los socios titulares. Garantías.
  • Gestión de la transmisión de participaciones intervivos. Limitaciones.
  •  Valoración de las participaciones en caso de salida.
  •  Protocolos para situaciones de fallecimiento de socios.
  • Protección ante embargo de participaciones. Derechos sobre participaciones.
  • Etc.
Aspectos relacionados con el gobierno de la sociedad:
  • Composición de los órganos de administración.
  • Criterios de designación de los mismos.
  • Toma de decisiones.
  • Duración de los cargos y renovación.
  • Comisiones delegadas.
  • Etc.

 

La suma de los diversos pactos familiares alcanzados sobre cada una de las anteriores cuestiones y algunas otras de similar tipología, se trasladan a un documento de índole contractual que será de obligado cumplimiento para los miembros de la familia empresaria y que necesariamente tendrá que que contener un régimen disciplinario para supuestos de incumplimiento, que garantizará el respeto y eficacia a los acuerdos adoptados en beneficio de la compañía.

Difícilmente podrá sobrevivir en el tiempo una empresa familiar sin la implantación de un instrumento de este tipo, sin embargo, es frecuente que el día a día de la gestión empresarial haga olvidar a los socios la importancia de atender esta cuestión. De ahí que menos de un 28% de las empresas familiares de primera generación hayan implantado uno.

Dada la repercusión que la empresa familiar tiene en el tejido empresarial español y el índice de mortalidad de las mismas tras el primer relevo generacional, estamos ante una gran oportunidad de evitar las pérdidas de empleo y contribución al PIB que supondría que las actuales compañías familiares terminarán desapareciendo, simplemente concienciando a los actuales empresarios de la importancia de la utilización de los pactos de familia y el protocolo familiar como un instrumento de organización y control de las relaciones familia-empresa.

 

 

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